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jueves, 30 de octubre de 2014

Oscuro

Oscuro.
Y atravieso las calles fumándome un cigarro, como si con el humo se fueran mis pensamientos, como si se difuminaran en el aire y se volvieran algo más transparente. Más implícito, más oculto. Igual que las cosas bellas que están escondidas. Como los secretos de tu boca o las palabras de tus miradas.
Oscuro.
Recuerdo cuando me tomabas la mano y tomábamos helado. Cuando nos reíamos de la gente que caminaba apresurada en el centro. De cuando te caías de pura distracción en la calle y hablabas de las hormigas cabezonas. De la porfiada caída de tu pelo sobre la frente.
La casa está cerrada a esta hora y no podré entrar. No podré entrar nunca más.
Dicen que he perdido el norte, que mis ideas no están claras, que no sé qué hacer con mi vida. Y tienen razón. Y no tienen razón.
El norte no existe y el sur tampoco.
No hay nada sin el sistema de referencia.
Mi sistema de referencia eras tú, así es que literalmente perdí el norte, el sur, el este, el oeste...el mapa completo. El plan se esfumó. No hay cartógrafos ni geógrafos.
Lo chistoso es que tú no eres tú y yo no soy yo.
Es verdad.
Porque mi vida no se acaba contigo, en ningún caso. Y la tuya conmigo tampoco. No eres el amor de mi vida ni mi destino. No eres mi alma gemela. No eres mi príncipe azul, mi caballero andante.
No eres tú, por ser tú, si no que eres por como era yo contigo. Por los lugares que estaban entre ambos, por los recuerdos usados como escalera, por las ideas que se desprendían de cada uno y formaban un puente.
Oscuro.
Tengo la sensación de que mi cabello es más oscuro que antes. Que mis ojos son más negros. Que mi boca toma el color de la tierra barrosa.
Me desprendo de los trajes. Me desprendo de las chaquetas. Me quedo con los brazos extendidos en la lluvia mirando el cielo.
El cielo oscuro. Mi cabello oscuro que es el mismo cielo. Mis ojos oscuros que también forman parte de todo el conjunto.
Y tú te ciñes a mí. Ahora eres una sombra oscura como la noche. Ahora eres como los pasos de alguien que camina a mi lado, pero que no está. Un eco, un camino marcado de migas.
Necesito volver a casa y encontrar otro punto de referencia. Uno que no implique pérdidas, uno que no implique tantas aguijoneantes dudas.
Este vino es oscuro. Tal vez todo se vuelva oscuro a mi alrededor...y tal vez, no es seguro, yo logre ser un haz luminoso entremedio de esto. No lo sé.
Solo me queda seguir caminando. Sí...caminando...

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