Ser anónimo es algo casi imposible en estos días. De hecho, es casi una locura pensar en alguien que no tenga facebook, twitter, tumblr, line, y qué sé yo (hay millones de redes sociales virtuales y no las voy a mencionar todas).
Es más, sin ir demasiado lejos, hace algunos días (casi un año, pero el tiempo es más relativo de lo que uno piensa), probé el asunto de cerrar mi facebook por unos días. Mi plan era cerrarlo por un mes. Así. Un mes. Poquito tiempo.
No me pareció algo tan difícil, porque la verdad es que a veces me aburre facebook y, fuera de las páginas de arte, pinturas y citas de libros y autores que hay (muchas) y que siempre me han gustado, facebook es como una especie de plataforma de mentiras para mí. ¿Con quiénes hablas? ¿Son tus amigos o no? ¿Les importas? ¿Y las fotos? ¿Estabas tan feliz en ese momento, o solo sonreíste para la foto y luego la pusiste en facebook para sacarle pica a esa persona que sabes que podría estar molesto contigo? No digamos nada del jueguito de los ex y eso de poner: "Felizmente soltera", después de dos días de terminada la relación (yo no he hecho eso, por suerte xD).
Ahora, lo siento, me estoy desviando del tema, ya que esto no es una crítica a facebook y las redes sociales (de verdad). Porque, como en todo, también hay cosas buenas, como esa bonita sorpresa que alguien te dio publicando un mensajito bonito en tu muro, o esas fotos que pensaste que habías perdido y que por suerte subiste a facebook (a mí una vez me robaron unas fotos importantes que tenía en mi computador y las recuperé por el infame facebook :D ).
Pero, bueno, volviendo a la historia...¿A que no adivinan que pasó? Mi facebook cerrado duró 1 semana y media.
Exacto.
Una mísera semana y media. ¿Por qué?
Por varias razones. Punto 1, me di cuenta de que no estar en facebook es como casi desaparecer de la faz de la tierra para muchas personas. Ermitañismo puro. Literalmente. Un día tienes facebook, tus amigos (los de verdad) te pueden hablar por ahí y todo bien. Ellos saben cómo estás. Tú lo sabes. Simple. "Normal". Esperable.
Al día siguiente...¿QUÉ RAYOS LE PASÓ? ¿POR QUÉ CERRÓ EL FACEBOOK? ¿Tendrá depresión? ¿Estará castigada? (aunque a mí edad ya no me castigan y menos desde que se dieron cuenta de que quitarme el computador no era un gran sufrimiento :P) ¿Se enojó con alguien? ¿Se enojó con todos? ¿Qué hicimos mal? ¿Se fue de viaje? ¿La raptaron? ¿Murió? ¿La abdujeron los ovnis? ¿Se la raptó EEUU en una conspiración internacional para que se cree un nuevo virus asesino que acabe con todos los seres vivos del tercer mundo? (Ok, exageré xD).
Y todo eso. Por cerrar facebook. Primero, fueron mis amigos. Luego, mis primos. Luego, los conocidos. Y, aunque no lo crean, hasta mi mamá (la mujer más conectada del mundo) me preguntó si tenía algún problema por tener cerrado facebook.
Me encontré con llamadas preocupadas, con mensajes de texto (los que se usaban en mi pre-adolescencia :´) ) y con visitas a mi casa.
Punto 2. Obviamente, después vinieron los reproches. "Ya po, abre facebook, el otro día te quería mandar un vídeo genial y no pude por tu culpa" o "Por tonta no vas a poder ver las fotos de la salida que hicimos el otro día, porque no estás en facebook" o..."queríamos armar una junta y no te pudimos avisar antes, porque no tienes facebook". Y no es que ceda a la presión social (ok, sí cedo un poco), pero ¡sí quería hacer todas esas cosas!
Para qué hablar de los trabajos de la universidad, en los que uno se pone de acuerdo por facebook.
¿Han tratado de conocer a sus compañeros de universidad en primer año sin tener facebook? Posiblemente pasarían un par de semanas antes de que todos te identificaran como la niña sin facebook.
Y así...todo esto, esta locura, por desaparecer de una red social. UNA. Y por una maldita SEMANA Y MEDIA.
¿Y si desapareciera de todos al mismo tiempo? ¿Whassap, instagram...? Y si...¿no usara el internet? ¿Y si toda mi familia no lo usara?
Desastre. Catástrofe.
Dirían que desaparecí. O que estoy muerta. O que no existo.
Así, tal cual, no existe.
Como si uno perdiera algo por conectarse en otro modo (digámosle el "modo real" y tradicional) con la vida.
Y por eso...¿Qué es ser anónimo en estos días?
Yo me lo pregunto. A veces de verdad pienso en la posibilidad remota de serlo, porque a mí me encanta el anonimato (sí oh, por eso escribes un blog...naaahhh, nadie lo lee, así es que sigo en mi identidad resguardada :D ), pero por varias razones no se puede.
Ahora pareciera que cerrar las redes sociales significara desaparecer, y, de pronto, uno piensa que hay personas por las que vale estar presente. No solo en facebook (que al final, no es el culpable de todo), sino en la vida. En el día a día. En el aquí y el ahora. Porque...al final...facebook era eso en un principio (o eso creí yo) : una forma de facilitarte el estar con esos que quieres, pero que a veces no están tan cerca (digamos, físicamente), un modo de hallarlos (como cuando uno encuentra a un amigo antiiiiiiguo, que no ves por años), un modo de conocernos, mirarnos, encontrarnos, preservarnos...como si facebook fuera un frasquito, una especie de lata de conserva de nuestras vidas, de nuestros recuerdos o de nuestros sentimientos (ufffff qué salen de esos).
Parece que facebook es, para algunos, el diario de vida de nuestros días. Y en los estados uno ve cosas insólitas, maravillosas, deprimentes, lunáticas, iracundas, mentirosas, verdaderas, espontáneas o prepotentes. A veces amor, a veces odio.
¿Lo bueno de facebook y de las redes sociales, en general? Lo bueno de nosotros mismos, lo que hay en cada uno y que a veces logra traspasar las fronteras virtuales. Lo bueno que imprimimos en todas las cosas humanas.
¿Lo malo de facebook y sus parientes virtuales? Lo malo de nosotros mismos, lo que ocultamos, lo que fingimos ser, nuestra forma de herir y nuestra forma de criticar a otros cuando piensan distinto.
No quiero que esto se entienda como un odio a la tecnología o a las redes sociales. No. No las odio. En efecto, las uso constantemente.
Por ejemplo, mi facebook es un almacenaje de páginas de citas de autores famosos, de libros, de artistas jóvenes y consagrados, de dibujos, de pinturas, de formas de hacer trenzas, pajaritos de papel, reciclaje, cocina, música, cuidar al planeta, a los animales...todas esas cosas que me definen a mí misma y que a veces me hacen entrar a facebook y sentirme un poco como en casa. ¿Dónde me di cuenta de que leer tanto no era tan raro como me decían en mi familia? Facebook. ¿Dónde noté que hasta los dibujos más simples pueden ser arte si expresan algo con lo que se identifican las personas? Advinen.
De todas formas, uno decide siempre. O tomas facebook y lo haces una parte de tu vida, una que no te absorba y que te deje tiempo para ese mundo que hay afuera (ese mundo maravilloso, alocado, genial y lleno de cosas por descubrir...y que por lo demás, tiene varios peligros que comparte con las redes sociales. Hartas mentiras también). Una plataforma, solo eso, una herramienta, una forma de expresar tus ideas a veces (como podría hacerlo un blog), pero sin olvidarte de que también puedes hacerlo de la forma antigua :) sentándote y hablando con alguien mientras lo miras a los ojos.
O lo haces TU vida. La única forma de conectarte con el mundo y ser tu mismo.Y vives allí, como en un mundo paralelo, olvidando que aún puedes salir y sentir la luz del sol, la textura de la piel de otra persona, el aroma de la tierra mojada, la alegría de echar una carrera por alguna razón absurda, pero muy válida y hermosa.
Yo pienso eso. Mi humilde opinión. Y quiero que, con el paso de los años, todavía podamos saber cómo es el cielo a través de nuestros propios ojos y no a través de las pantallas. Que podamos ver la expresión de nuestras caras y saber cómo se siente cada uno, sin la necesidad del estado triste o de las indirectas, sin el: "me siento...", y sin la necesidad de registrar toda nuestra vida (hasta los detalles no interesantes), porque necesitamos algunos "me gusta" lejanos que no tienen nada que ver con la verdadera seguridad de saber que uno mismo está viviendo ahora su vida, disfrutándola, saboreándola a concho. Los demás no tienen que saberlo. Tiene que saberlo uno y con eso basta.
Y finalmente...Les recomendaría leer un poema muy hermoso de Cristian Warnken acerca de un enamorado que le escribe a una joven que no tiene facebook :)
Y con eso...abran los ojos, que queda mucho por vivir, mucho por ver, mucho por reír y mucho por aprender y buscar. (No pasen demasiado tiempo leyendo blogs como éste).
Decidan, conscientemente. Y sean felices. Lo más felices posible :)
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